LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR.
Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar. Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa. Y les hablo muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vienieron las aves y la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenia profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno. El que tiene oídos para oír, oiga. Mateo 13:3-9.
Esta parábola debe animar a los sembradores espirituales que enseñan, predican y guían a otros. El agricultor siembra buena semilla, pero no todas le brindan un rendimiento óptimo. Algunas semillas no germinan, y no todas las palantas que crecen ofrecen el mismo resultado, no se sienta desalentado si tiene la impresión de que nadie lo escucha a pesar de predicar con fidelidad la Palabra, la fe no se puede forzar a traer resultados conforme a una fórmula matemática, mas bien uno espera el milagro del Espiritu de Dios de usar nuestras palabras para que otros se acerquen a Él.
Los oídos humanos captan muchos sonidos, pero hay una audición más profunda que resulta en comprensión espiritual, si usted busca con sinceridad la voluntad de Dios de yahweh, tiene audición espiritual, y estas parábolas le darán nuevas persepectivas.
Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. El que fue sembrado entre espinos, esté es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno. Mateo 13:18-23.
Esta es la explicación de la parábola del sembrador, donde cayó la palabra de Dios en este día fuera del camino, en pedregales, en espinos o en buena tierra.
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